Aunque la tendencia general desde el 2001 en relación a los accidentes de tráfico ha ido a la baja, en el 2018 ha habido un repunte en la siniestralidad, cobrándose solo en los meses de julio y agosto un total de 259 fallecidos, lo que significa un 15 % más que el año anterior.
La mayoría de los fallecidos, el 76 %, se han producido en carreteras convencionales, debido en su mayor parte a la relajación en la conducción que tiene lugar por parte de los conductores en este tipo de vías.
Las causas más comunes por las que se producen los accidentes de tráfico son, en primer lugar, el exceso de velocidad, el consumo de alcohol y drogas, los despistes y el exceso de confianza, el mal tiempo, la fatiga, el uso del teléfono móvil y el estado de los neumáticos.
El neumático del coche es el elemento que transmite toda la fuerza del motor a la carretera y el único de todos los componentes del vehículo que toca el asfalto, es el objeto que actúa de intermediario entre la velocidad y la seguridad.
Aunque sea solo por el ejercicio de intermediación que realiza entre inercia y agarre, debemos considerar como fundamental prestar especial atención a esta parte del vehículo y deberíamos sentirnos obligados a seguir los Consejos para elegir los mejores neumáticos que nos ofrecen los especialistas. La elección de neumáticos de calidad debe ser imprescindible y si el problema es el dinero, ahora es posible comprar neumáticos financiados para que nuestra seguridad en la carretera no dependa de un mal neumático.
Una medida que hay que tomar antes de cada viaje es la de comprobar la conservación de los neumáticos que tengamos en uso, pero no son pocos los usuarios que, a pesar de encontrarlos en un mal estado, que podría ser considerado peligroso para la conducción, dejan de lado su renovación por culpa de la crisis que venimos padeciendo durante estos años. Confían en parte en la suerte y en parte en la resistencia de los mismos, craso error, pues se estima que tres de cada cuatro accidentes de tráfico que son provocados por un defecto del vehículo están causados por su escaso agarre a la pista, dejando claro que el buen estado de los neumáticos es de vital importancia para realizar cualquier trayecto de forma segura.
Cómo comprobar el estado de los neumáticos en uso
No podemos cansarnos de insistir en la tremenda importancia que tiene comprobar la validez de los neumáticos que estamos usando para no correr riesgos innecesarios en la carretera. Recordemos que la goma es la encargada de transmitir con seguridad todas las capacidades que ofrece el vehículo al asfalto, es, por tanto, uno de los elementos de seguridad más importantes que existen.
Como es el único punto de contacto existente entre el coche y la carretera, es fundamental ir controlando el estado de los neumáticos existiendo un método realmente fácil y simple. La medición para dar validez a un neumático usado es utilizando una moneda de euro con la que podremos comprobar de forma segura si el desgaste de la goma comienza a considerarse peligroso y es necesario hacer el cambio oportuno.
Dicha comprobación consiste en colocar la moneda entre el dibujo de los neumáticos y, si no se consigue ver el perfil exterior dorado, esto significará que sí cumple la denominada regla del 1,6 mm de profundidad, estando el neumático en buen estado y, por lo tanto, no se hace necesario el cambio. Por el contrario, debemos ir a un taller cuando la moneda sobresale en exceso, esto significa que el agarre de dicho neumático no será el idóneo y la distancia de frenado se multiplicará, aumentando exponencialmente el riesgo de colisión, de salida de la calzada y de accidentes en general.
Así mismo, la correcta presión de las ruedas también es vital para una conducción segura, no debemos pasarnos en el llenado ni por exceso ni por defecto, siguiendo siempre las cantidades que recomienda el fabricante, ya que una cantidad de aire insuficiente afecta al confort en marcha y reduce hasta en un 25% su duración, aumentando considerablemente las probabilidades de sufrir un accidente y, además, una goma desinflada supone un consumo mayor de combustible, entre un 5 y 7%. Por último, resaltar que reducir la presión de los neumáticos tiene una incidencia directa en la contaminación, ya que se emiten 18,4 millones de toneladas extras de Cos que se vierten a la atmósfera y un consumo innecesario de 8.000 millones de litros de combustible y 55 millones en neumáticos.
Por el contrario, poner más presión en los neumáticos, aunque es un truco para reducir en el consumo de carburante, en realidad no es nada rentable, pues las posibilidades de sufrir un accidente crecen exponencialmente, y es que la superficie de contacto del neumático con la carretera debe ser exactamente igual que el ancho de la banda de rodadura, si esta es menor, como ocurre con un exceso de presión, la cubierta se chafa, formándose un hueco central que aumenta considerablemente el riesgo de sufrir aquaplaning.
Manuel Israel Guerra Díaz