“Yo siempre había querido escribir, desde muy pequeña. Había intentado con mitología griega, pero me di cuenta de que no había nada nuevo que contar, las historias ya existían. (…) Y de pronto, de la nada, como si se hubiera abierto una ventana, un día tomé mi PC y empecé a escribir sobre Tulio. Era lo más puro que tenía a mi alcance”, dice Laura Gómez, la autora de El diario de Tulio.
Esta ha sido su primera publicación, resultado de una ardua búsqueda por encontrar la originalidad. La autora, que ya había realizado pequeñas incursiones a la literatura, se abre paso con un libro genial para llegar a todos aquellos que, les gusten o no los perros, no podrán resistirse a caer enamorados de Tulio.
Y es que este pequeño can tiene una personalidad arrolladora que Laura ha sabido plasmar con gran habilidad. La lectura se hace muy amena y el humor ácido se mantiene a lo largo de todas las entradas del diario (el del propio perro) que componen el libro, lo que viene propiciado por un discurso creíble y, a la vez, alocado. Tulio hará uso de su ironía particular para comentar sobre infinidad de cosas, tan dispares como reales.
Así, los lectores (sobre todo aquellos que tengan perros, porque se verán irremediablemente identificados) se partirán de risa cuando, por ejemplo, lean con tan absoluta claridad lo que las mascotas piensan de sus dueños y las triquiñuelas que usan cuando quieren conseguir, por ejemplo, bañarlas. O cuando se den cuenta de que esas terribles bolas de pienso pueden ser las responsables de ciertas miradas de resquemor que ellos también lanzan de vez en cuando. En el libro, Tulio mismo hace saber que se declara en huelga de hambre para acabar con ese régimen que, según él, “es de presidiarios”.
Cabe destacar la familiaridad que desprende el libro, precisamente por esa forma tan natural y sutil que tiene Laura de describir la personalidad de Tulio y todo lo que le rodea. La sinceridad y el cariño han sido, sin duda, dos factores elementales a la hora de elaborar El diario de Tulio, porque solamente una verdadera amante de los animales puede tomarse el tiempo de mirar ese mundo con sumo detenimiento.
Ese es quizás el motivo por el que todo lo que rodea a Tulio, aun a pesar de estar plagado de singulares aventuras y fantasías, resulta del todo verdadero. Pues nada importará que, para él, Evita sea el amor de su vida, una princesa descendiente de una línea monárquica francesa perdida en el tiempo; o que Bruna sea una bóxer de genética criolla. Gracias a las invenciones de Laura y a sus capacidades como narradora, los lectores podrán adentrarse cómoda y disparatadamente en la realidad de sus mascotas y la de otras muchas.
En definitiva, El diario de Tulio: el Can Paredes, de Laura Gómez, es una lectura conmovedora y, sobre todo, desternillante. Sucesos alocados y descripciones irreverentes es lo que conforma un diario que nunca antes nadie había leído y que por fin ha llegado a las estanterías para mostrar todos los secretos del mundo perruno.