VARSOVIA (dpa) – Los edificios construidos antes de la Segunda Guerra Mundial están desmoronados, sus paredes están manchadas de grafiti y en el suelo hay restos de yeso. ¡Bienvenido a Praga!
Este distrito de Varsovia está situado al otro lado del río Vístula, lejos del centro histórico renovado, elegante y concurrido de la capital polaca que la mayoría de los turistas visitan. Praga es muy diferente. Es un barrio rústico y sus habitantes aseguran que es la cara auténtica de Varsovia.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Varsovia quedó casi totalmente destruida, pero el distrito de Praga, ubicado en la orilla derecha del río Vístula, resultó menos dañado. Por esta razón, en Praga todavía puede encontrarse la mayoría de los edificios antiguos de la ciudad.
Praga está siendo redescubierto ahora como nuevo barrio de moda de la capital polaca. Sin embargo, a primera vista es todo menos atractivo. Durante mucho tiempo, esta área estuvo abandonada a su suerte, dice la guía turística Katarzyna Jankowska.
La renovación urbanística de Varsovia se centró en el área situada en la orilla izquierda del Vístula, que se convirtió en el centro de la vida política comercial y cultural de la capital polaca.
Durante décadas, quienes podían permitírselo buscaron un cómodo apartamento en el nuevo centro de Varsovia, mientras que los obreros y personas de bajos recursos se instalaron en los edificios de Praga de antes de la guerra, explica Katarzyna, de 28 años.
Hasta el día de hoy existe una brecha en términos de nivel de vida entre las dos orillas del río Vístula. Muchos de los edificios en Praga no fueron renovados. Muchos de ellos carecen de cocina y baño y el distrito se granjeó mala fama como un lugar de pobreza y criminalidad que los polacos generalmente evitaban visitar.
Sin embargo, Praga también tiene sus fans. «Para mí, este es el verdadero centro histórico de la ciudad, la auténtica Varsovia antigua», afirma Katarzyna. La guía turística apunta algunos detalles que evidencian el antiguo esplendor del distrito: frescos situados en escaleras polvorientas, patios interiores con su propia capilla, donde se encienden velas colocadas bajo imágenes de la Virgen María.
En la pared lateral de un edificio aparece un desteñido viejo cartel publicitario de crema para zapatos. En este caso, sin embargo, no se trata de auténtico cartel de antes de la guerra sino de un objeto de atrezzo para cine, explica Katarzyna. Cineastas como Andrzej Wajda y Agnieszka Holland filmaron escenas en este barrio, al igual que Roman Polanski para su oscarizada película «El pianista».
Las autoridades de Varsovia quieren ahora reparar los años de abandono. Se están desarrollando planes para un gran proyecto de renovación en la orilla derecha del río Vístula para restaurar el antiguo lustre de la preguerra y atraer a nuevos habitantes.
El alcalde del distrito, Wojciech Zablocki, admite que la renovación de Praga no es una empresa fácil. «Ningún otro barrio se enfrenta a un desafío mayor», asegura Zablocki. Las obras de renovación comenzaron hace dos años y continuarán durante al menos otros cinco años.
Sin embargo, ya se están observando los primeros efectos. Los edificios renovados y la extensión de una línea del metro han atraído al área a artistas y estudiantes y se han abierto varios nuevos restaurantes, cafés y tiendas. Katarzyna espera que la renovación realce la imagen urbana original de Praga pero sin causar daño a los viejos habitantes o al carácter del barrio.
Por Natalie Skrzypczak (dpa)