(dpa) Si alguna vez comenzamos a hablar como si estuviésemos afónicos y la voz nos cambia sin retornar a la normalidad, puede que tengamos un nódulo en las cuerdas vocales.
Los nódulos pueden surgir cuando la voz está permanentemente exigida. Son formaciones benignas, pero suelen afectar bastante la emisión al hablar.
También lleva a que no podamos sostener determinados sonidos durante mucho tiempo, con lo cual se hace imposible cantar.
De todos modos, debe ser el otorrinonaringólogo el que determine si todas estas «fallas» se deben a un nódulo o no.
En caso de detectar nódulos, lo principal para que desaparezcan es cuidarse. Las personas que pasan demasiado tiempo al teléfono deberían comunicarse por mensaje de texto, por ejemplo. A veces este problema también puede afectar a los niños porque gritan o lloran mucho. En ese caso, es importante que los padres piensen junto con su pediatra cómo manejar el tema y qué pueden hacer.
Tanto menores como adultos pueden hacer un tratamiento especializado que enseña, entre otras cosas, a vincular mejor la respiración con la emisión de sonidos. Eso ayuda a poder utilizar más tiempo la voz, algo muy útil para quienes ejercen una profesión que requiere del habla constante, como los maestros o los cantantes.
Si los nódulos no desaparecen cuidando las cuerdas vocales, también se pueden retirar mediante una operación.