Madrid, 8 nov (dpa) – No hay más partidos de interinidad: el Real Madrid deberá decidir a partir del domingo si da por finalizada la época de transición con Santiago Solari como técnico o si por el contrario confirma al argentino como su entrenador tras los últimos «brotes verdes» detectados.
Será en Vigo ante el Celta de su compatriota Antonio Mohamed cuando Solari viva el final de una etapa, la que le llevó a ocupar el banquillo del equipo blanco durante cuatro partidos, y quién sabe si el comienzo de otra. La Federación Española de Fútbol contempla dos semanas de plazo para cualquier caso de interinidad y éstas se cumplen en el próximo encuentro.
Lo cierto es que Solari cumplió con el objetivo a corto plazo: reanimar al enfermo. Fueron tres victorias en otros tantos partidos, cada uno de una competición diferente, para un balance de 11 goles a favor y ninguno en contra.
En este tiempo, pocas incursiones tácticas le dio tiempo a hacer, pero dos aspectos se hicieron muy visibles en comparación con la época de Julen Lopetegui, su predecesor: los goles y la suerte.
Si el sábado el Real Madrid ganó 2-0 al Valladolid tras recibir dos balones en los palos, el miércoles el rival de lo blancos, en este caso el Viktoria Plzen, volvió a probar el sabor de la madera antes de que el conjunto de Solari se desatara en ataque para acabar venciendo por 5-0 con varios goles espléndidos.
Necesitaba al Real Madrid esta terapia de choque a la espera de mejores argumentos para valorar la eventual mejoría de un equipo que centró sus primeros pasos en resultados con los que mejorar su autoestima.
Lo que sí es incuestionable es que Solari conoce lo que necesita oír un futbolista, como demostró con sus declaraciones tras la goleada: «Son los jugadores los que hacen un partido así de serio y merecen esta victoria. Ellos son los que juegan, los que entrenan, los que ganan, no yo».
Y agregó: «El mérito es de los jugadores, ellos son capaces de llegar adonde quieran llegar, no tiene techo».
Es cierto que el argentino tuvo que tomar varias decisiones en este tramo y una de las más interesantes fue ver su decidida apuesta por Thibaut Courtois como arquero frente a la tibieza de Lopetegui, quien le dio partidos de Liga de Campeones y Liga española a Keylor Navas.
Además, en estos encuentros tampoco tuvo empacho en relegar a la suplencia a «pesos pesados» del vestuario como Isco, Marco Asensio o Luka Modric, además del citado Navas. Y de reafirmar su apuesta por los criticados Gareth Bale y Karim Benzema como su pareja atacante.
Pero es muy pronto para adivinar cuáles pueden ser las líneas maestras de un entrenador que tuvo delante a rivales poco exigentes y que todavía está pendiente de ver si sigue o no. El encuentro del Celta debe definir su situación.
Ahora mismo, la corriente de opinión es favorable a la continuidad del argentino, pero una derrota inapelable en Vigo reabriría sin duda el debate sobre su continuidad o no. Y más si se tiene en cuenta que las fechas FIFA provocarán un parón de dos semanas: mucho tiempo para la meditación de Florentino Pérez, su presidente.
Otra cosa sería un triunfo del Real Madrid, probablemente una carta en blanco para la continuidad de Solari. Así de volátil es actualmente el puesto de entrenador en el campeón de Europa.
Por Alberto Bravo (dpa)