En un mundo tan competitivo como el actual, para las empresas es fundamental desarrollar una imagen que sea identificable por parte de sus clientes y potenciales clientes así como para sus partners y asociados. Este es el modo de diferenciarse de la competencia y ganar en valor, pudiendo así ser más competitivo.
El branding es una de esas estrategias que persigue este objetivo. Hablamos de todo el trabajo que se realiza para que una marca tenga un nombre y una imagen única y reconocible, buscando generar en los clientes y en el público en general un conjunto de sensaciones únicas que permitan identificar esas percepciones como propias de la empresa.
A menudo se habla de que el branding es algo así como el proceso de creación de una marca, pero esto no es así al 100%, pues el branding y mercadotecnia hay que hacerlo todos los días, con el comportamiento de todos los empleados. No obstante, es cierto que las bases de construcción de una imagen y su marca deben darse en sus primeros pasos, incluso antes de nacer, y a partir de ahí introducir cambios que vayan adaptando la imagen de marca y la empresa a las nuevas realidades cambiantes. Si queremos saber más sobre el concepto de branding, podemos acudir a la web https://es.shopify.com/enciclopedia/branding.
¿Por qué es importante el branding?
Aunque ya se deja ver por lo comentado, desarrollar una buena estrategia de branding e imagen es fundamental para construir esa identidad de marca que diferencia a las empresas de otros productos y servicios.
La clave radica en hacer la marca familiar al usuario y que este sienta que apostando por esta marca va a ver satisfechas sus necesidades como cliente.
Las empresas dan cada vez más relevancia al branding y esto se traduce en que esta disciplina se haya convertido en uno de los aspectos más importantes a cuidar en campañas de publicidad y marketing. Son muchas las empresas que entienden que construir una buena imagen de marca es lo que les permite diferenciarse del resto.
Tan importante es este concepto de branding que en los últimos años ha logrado traspasar el mundo empresarial y ya se habla de branding personal, diferenciándolo del branding corporativo. Los profesionales empiezan a dar una importancia muy elevada a su marca personal, y para ello realizan tareas de branding, con el fin de destacar sobre el resto de competidores en su sector y crearse así una imagen dentro del mismo.
En política vemos a menudo este tipo de comportamientos. Dos claros ejemplos son los de los diputados Pablo Iglesias y Gabriel Rufián. El líder de Podemos apareció en las primeras elecciones a las que se presentó su partido como la gran figura, hasta el punto de que su silueta era el logo de las papeletas de voto. En el caso de Rufián, su actitud chulesca y su actividad tuitera le han permitido ganarse odios y receles así como simpatías casi por igual, pero en todo momento el político catalán sabe por dónde quiere dirigir sus actuaciones mediáticas.
¿Qué hay que cuidar para desarrollar una buena estrategia de branding?
La clave para dominar este aspecto relacionado con el marketing y la visibilidad, volviendo al ámbito empresarial, radica en desarrollar buenas estrategias que incluyan todo tipo de elementos que afectan a este proceso de creación de marca.
Los elementos visuales, por ejemplo, son muy significativos. El ejemplo de la cara de Pablo Iglesias es las papeletas de votación es muy adecuado. Para una empresa, esto se traduce en una buena elección del logo, los colores corporativos, la tipografía, etc. Debemos ser siempre conscientes que hay que transmitir ideas únicas y que sean intuitivas en los clientes.
Un segundo aspecto a potenciar son esos elementos abstractos, no siempre fáciles de controlar. Entran en este punto variables como el contenido de las publicaciones de redes sociales, los valores que se pretenden transmitir en las campañas de publicidad y otras ideas más profundas que ha de desarrollar la marca a fomentar.
Por último, los elementos culturales, que son aquellos factores de diversa índole que hacen que los clientes y el público en general se hagan una idea sobre la marca y la empresa. Así, son aspectos a cuidar la filosofía de la empresa, la responsabilidad social corporativa, la atención al cliente o el trato con los mismos entre otros aspectos.