Lisboa, 18 sep (dpa) – Por más que lleva un comienzo inmaculado con cinco victorias entre Supercopa, Copa alemana y Bundesliga, el verdadero objetivo por el que será evaluado el flamante entrenador del Bayern Múnich, Niko Kovac, comenzará mañana cuando los bávaros visiten al Benfica en el estreno en la Liga de Campeones.
A los 46 años, el croata hará su estreno como técnico en la máxima competición continental, el torneo que marcará su futuro en el club: ni siquiera su admirado Josep Guardiola pudo escaparle a las críticas pese a tres títulos de la Bundesliga, ya que en ninguna de sus tres temporadas pudo guiar a los bávaros hacia la final de la Champions. Bajo el mandato del español, tres veces quedó a las puertas de la definición, con caídas sucesivas ante Real Madrid, Barcelona y Atlético de Madrid.
«Personalmente, para mí Pep es el mejor entrenador del mundo», afirmó Kovac en pretemporada, antes de un amistoso en Miami frente al Manchester City de Guardiola, cuando también pidió que no se lo comparara con el español. «Todavía tengo mucho que ganar para estar en las cercanías de Pep Guardiola», remarcó el técnico, que si pretende quedarse en su cargo durante mucho tiempo deberá superar pronto los resultados del catalán.
Campeón de las últimas seis temporadas de la Bundesliga, para el Bayern Múnich el torneo alemán se convirtió en un premio consuelo. En contrapartida, desde que consiguió el histórico triplete de Champions, Copa y Liga en 2013 bajo la conducción de Jupp Heynckes, la Liga de Campeones se convirtió en un karma, con cinco eliminaciones consecutivas a mano de clubes españoles.
«Conozco cómo es el pensamiento aquí y qué significa tener éxito aquí. Nosotros en el Bayern tenemos la exigencia de ser los mejores también a nivel internacional», explicó Kovac antes del estreno ante el Benfica, en el Grupo E que también integran el Ajax y el AEK de Atenas.
Pero para tener posibilidades de llegar a la final de 2019 en el estadio Wanda Metropolitano de Madrid, Kovac sabe que debe caminar con firmeza desde los primeros pasos. El año pasado, una caída 3-0 ante el Paris Saint-Germain en la fase de grupos le costó el cargo al italiano Carlo Ancelotti, al que ni siquiera le salvó la Bundesliga ganada unos meses antes.
«Por supuesto que estoy deseando que llegue», remarcó el croata sobre su debut en la competición. «Queremos lograr un buen resultado en Lisboa», añadió Kovac, sin necesidad de aclarar que el único «buen resultado» para el Bayern es una victoria.
El jefe de la junta directiva, Karl-Heinz Rummenigge, lo dejó en claro durante la pretemporada, cuando repitió en varias ocasiones el objetivo planteado: «No es suficiente sólo con la Liga. También queremos lograr grandes cosas en la Liga de Campeones».
Evidentemente, en el idioma del Bayern «lograr grandes cosas» significa ganar el título, ya que no fueron suficientes cuatro semifinales y unos cuartos de final en las últimas cinco ediciones.
Para Kovac, su equipo no es de los principales favoritos al título, pero sabe que maneja una plantilla que desborda experiencia y que está ante una de las últimas oportunidades de conseguir el ansiado título. Por ejemplo, Thomas Müller podrá llegar a su partido 100 en la competición si juega mañana en Lisboa. Y nombres como Franck Ribéry, Arjen Robben, Manuel Neuer, Jérôme Boateng, Robert Lewandowski o Javi Martínez, todos con más de 30 años, afrontan la etapa final de sus exitosas carreras.
«Niko tiene la personalidad para entrenar a un equipo grande», lo elogió Ribery, uno de los más veteranos con 35 años. El tiempo, y sobre todo la actuación del Bayern en la Champions, determinarán si la frase cobra realmente sentido.
Por Klaus Bergmann (dpa)