Kerpen, 16 sep (dpa) – La Policía detuvo a decenas de activistas y continúo hoy por cuarto día consecutivo con el desalojo de un campamento en un bosque del oeste de Alemania que se ha convertido en todo un símbolo de la lucha medioambiental en el país.
Los activistas luchan desde 2012 contra una mina de carbón. Desde el comienzo de la operación el jueves en el bosque de Hambah, unas 18 cabañas ubicadas en lo alto de los árboles han sido despejadas y parcialmente removidas, informó una portavoz de la Policía de Aquisgrán.
Mientras, un portavoz de la ciudad de Kerpen indicó que a lo largo de hoy se desalojarán más.
Según la policía, decenas de activistas medioambientales fueron detenidos o arrestados el sábado. Algunos de ellos están de nuevo en libertad. En la mañana de hoy todavía 24 activistas seguían bajo custodia policial.
Asimismo, después de una operación de una hora de duración, los bomberos pudieron sacar hoy por la mañana a dos activistas atrincherados en un pozo que ellos mismos habían construido. Los dos hombres finalmente abandonaron voluntariamente el inestable pozo, que corría el peligro de colapsar, dijo un portavoz de los bomberos de Kerpen.
En el pozo de once metros de profundidad se había medido una alta concentración de dióxido de carbono que hacía peligrar su vida. Los rescatistas estuvieron bombeando aire en el pozo desde el sábado. Ambos activistas recibieron atención médica.
La zona boscosa entre Colonia y Aquisgrán se ha convertido en un símbolo de la resistencia al lignito. La empresa energética alemana RWE tiene la intención de talar en otoño más de la mitad del bosque que queda para ampliar su mina y poder seguir así sacando lignito. Se reducirán de esta manera las 200 hectáreas que quedan de bosque a menos de 100.
La decisión llama la atención ya que se produce en un momento en el que el país trabaja para reducir paulatinamente el uso del carbón.
La ciudad había informado previamente que llevaría a cabo el desalojo de las entre 50 y 60 cabañas en los árboles ubicadas a una altura de entre 20 y 25 metros por cuestiones de protección antiincendios y de seguridad.
Los activistas ecologistas quieren plantar hoy cientos de árboles jóvenes en áreas que ya han sido taladas.