A pesar de que, según los datos, la demanda de estudiantes dispuestos a cursar la carrera de especialización en idiomas ha ido disminuyendo a lo largo de los años, hoy se puede decir que hay un aumento de las salidas profesionales en esta materia relacionado con la expansión de los negocios a nivel internacional y la necesidad que tienen las empresas y particulares en este contexto de contar con un servicio de traducción e interpretación profesional.
Especialización en idiomas: vocación y empleabilidad
Escoger una carrera es una de las decisiones más difíciles que alguien puede tener en su vida. Decantarse por unos estudios u otros es algo muy personal que normalmente debe mantener un equilibrio entre la vocación y la empleabilidad. Es importante tener en cuenta los gustos y preferencias a la hora de desarrollar un trabajo que después, al fin y al cabo, será parte del día a día, del mismo modo que lo es escoger una carrera que tenga posibilidades reales de empleo, seguridad y/o buen sueldo.
La carrera de Traducción e Interpretación no puede ser menos, como afirman desde Aire Traducciones:
«La de Traducción e Interpretación es una carrera totalmente vocacional, la lengua es un vehículo indispensable en la vida, pero también es algo apasionante y trabajar en este sector te ofrece muchas posibilidades de cruzar fronteras y comprender mejor el mundo».
Mucho más que traducir un texto
Para los que no son especialistas en la materia es común imaginar que un traductor es aquel que se dedica casi en exclusiva a traducir textos. Sin embargo, la realidad laboral es mucho más rica.
Propiciado por la expansión de las empresas a nivel internacional, en un contexto de globalización, la demanda de los servicios de traducción e interpretación es cada vez mayor y más diversa. De este modo, aquellos profesionales especializados en idiomas pueden trabajar en diversos sectores: cine, cultura, industria, comercio exterior, ámbito jurídico y legal, sanidad, marketing y comunicación etc. la lista es interminable.
El trabajo como traductor, por tanto, permite un enriquecimiento a nivel profesional, así como la posibilidad de ampliar conocimientos sobre muy diversas materias. Como señala Luis Pegenaute, profesor de Traducción e Interpretación de la Universidad Pompeu Fabra, en su artículo ‘La traducción como herramienta didáctica’: “La traducción sirve también para mejorar la expresión en la lengua materna, realizar lecturas de una manera crítica y favorecer a mejorar nuestra capacidad intelectual».
Es importante considerar, como señalan desde Aire Traducciones, que traducir es mucho más que pasar un texto de una lengua a otra.
«Para traducir correctamente, además de un profundo conocimiento de la lengua, debe tenerse en cuenta el destinatario de la traducción, el medio en que se publicará y el tipo de texto».
En un nivel más práctico, otra de las grandes ventajas de trabajar como traductor, muy atractiva para muchos de los profesionales, es la posibilidad de teletrabajar cómodamente desde casa, normalmente ofreciendo el servicio como autónomo o freelance, como sucede en la agencia de Aire Traducciones, que cuenta con una red de colaboradores de más de doscientos cincuenta profesionales de la traducción y la interpretación trabajando de esta manera.
El punto negativo al que los profesionales de los idiomas tienen que enfrentarse es al creciente intrusismo en su sector. Rubén Molina, traductor de la Comisión Europea afincado en Bruselas apunta las posibles causas:
«El problema de esta profesión en España es que no hay un Colegio Oficial de Traductores y no hay ninguna regulación para ejercer. A la hora de la verdad, da igual cuántas universidades oferten el grado, porque cualquier persona puede ponerse a traducir «.
Si bien esto es una realidad, toda aquella empresa o particular que necesite de la seriedad, el rigor y la discreción de un traductor profesional, no puede arriesgarse a la contratación únicamente basándose en un criterio económico, debe tener en cuenta la profesionalidad y experiencia de la agencia que contrate.