Berlín, 27 ago (dpa) – Temas como garantizar el sistema de pensiones o la política migratoria se convirtieron en un quebradero de cabeza para la canciller alemana, Angela Merkel, en los últimos meses. Sin embargo, la líder conservadora se mostró optimista de cara al nuevo curso.
«Vamos por el buen camino», declaró en la tradicional entrevista de verano de la cadena de televisión pública alemana ARD tras sus vacaciones al ser preguntada sobre el encuentro del sábado con sus socios de coalición, el líder socialdemócrata Olaf Scholz y el líder de la Unión Cristianosocial (CSU), Horst Seehofer.
En el encuentro los tres políticos debatieron sobre cómo asegurar las pensiones a largo plazo. A pesar de este debate, la líder de la Unión Cristianodemócrata (CDU) insistió en que «la situación de las pensiones es buena gracias a la buena situación del mercado laboral» y que no se debe alterar a los ciudadanos.
Junto con las pensiones, otro de los temas que preocupan a los alemanes y que ha generado numerosas fricciones internas en el bloque conservador de Merkel es la política migratoria, después de que desde 2015 hayan llegado al país en torno a un millón y medio de refugiados.
En este campo, Merkel rechazó las consideraciones para hacer un cambio y dar residencia permanente a los inmigrantes cuyas solicitudes de asilo hayan sido rechazadas pero a quienes se les permite temporalmente permanecer en Alemania, con el objetivo de hacer frente al déficit de mano de obra cualificada.
Se crea una imagen falsa si se da la impresión de que uno viene aquí como solicitante de asilo o refugiado y luego simplemente se le da otro estatus debido a la escasez de trabajadores cualificados, criticó.
Durante la entrevista de aproximadamente veinte minutos de duración, la canciller también habló del debate abierto entre la población después de las acusaciones de racismo del futbolista alemán Mesut Özil, de origen turco, cuando anunció su decisión de abandonar la selección alemana de fútbol después del Mundial, en julio.
«Si alguien de origen migratorio como Özil dice que no se siente bien tratado en esta sociedad, debe ser tomado en serio. Hay que hablar sobre ello», declaró.
El revuelo causado por una foto del jugador con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, en mayo, en Londres, en plena campaña electoral turca, acabó con la decisión del jugador de abandonar la selección.
Su anuncio tras el final del Mundial llenó de críticas a la Federación Alemana de Fútbol (DFB) y abrió un acalorado debate en el país europeo. «Uno puede discutir sobre si la foto estaba bien o mal, pero no me gustó el tipo de discusión que siguió», indicó Merkel.
Más allá del plano nacional, Merkel se pronunció en contra de los planes de la Comisión de la Unión Europea (UE) para lograr objetivos más ambiciosos en materia de protección del clima.
«No creo que tenga sentido fijar permanentemente nuevos objetivos», dijo. «Debemos cumplir primero ahora los objetivos que nos hemos fijado», recomendó.
Ahora, en Alemania se trata de aplicar las medidas legales para alcanzar el objetivo de 2030, que ya es suficientemente difícil, indicó.
El comisario europeo de Acción por el Clima, el español Miguel Arias Cañete, propondrá a los países de la UE que para 2030 reduzcan en un 45 por ciento las emisiones de gases de efecto invernadero en comparación con los niveles de 1990. Actualmente, el objetivo es reducirlas en un 40 por ciento.
Merkel hizo hincapié en su responsabilidad por la contribución de Alemania a la protección del clima. La acumulación de fenómenos meteorológicos extremos y el aumento de las temperaturas en los últimos veranos demostraron que el cambio climático «también se está produciendo aquí», alertó.
Al frente de la mayor economía de Europa desde noviembre de 2005, Merkel espera que cuando deje de ser canciller se asocie su mandato con la idea de contar con una Europa fuerte.
«Cuando ya no sea canciller, otra gente podrá ocuparse de darle un título a mis años de Gobierno. Tengo encomendadas muchas, muchas tareas, pero si hay un tema que para mi es importante, ese tema es Europa», declaró al ser preguntada sobre qué le gustaría que se asociara a su tiempo en el Gobierno.
«Parece algo obvio a veces porque es algo que hemos heredado de nuestros mayores, que vivieron las terribles experiencias de la Segunda Guerra Mundial. Los que no vivimos la guerra tenemos el gran deber y la gran tarea de hacer de esta Europa un factor fuerte en el mundo para que la prosperidad, la paz y la libertad permanezcan seguras», comentó.
Por Almudena de Cabo (dpa)