A veces el cuerpo y la mente no van de la mano. A veces vivimos acomplejados porque hay ciertos rasgos físicos que no nos hacen sentirnos agraciados y eso hace que vivamos apesadumbrados.
Por supuesto no hablamos de la frase nadie está contento con lo que tiene o aquella otra que dice que todo el que tiene el pelo liso lo quiere rizado. Nos estamos refiriendo en este artículo a aquellas situaciones en las que la imagen que proyectamos nos produce rechazo a nosotros mismos, enfermándonos, es cuando se produce un desequilibrio cuerpo-mente.
Afortunadamente, hoy día, no tenemos por qué vivir siempre acomplejados y con una baja autoestima, ya que hay intervenciones de cirugía estética que devuelven a sus pacientes no solo la sonrisa, sino el control de sus vidas al sentirse seguros con su cuerpo y confiados. Y es que no hay peor sentimiento que el del auto rechazo.
Las cifras en España hablan por sí solas, nuestra sociedad se basa en gran medida en la importancia que le damos a la imagen y a sentirnos satisfechos y valorados con nuestro cuerpo, y es que cada mes se realizan noventa y siete mil búsquedas en internet relacionadas con la cirugía estética.
Aunque hay modas y tendencias al respecto, la más demandada entre las mujeres sigue siendo la intervención para el aumento de pecho.
Intervenciones de aumento de pecho: tipos
Cuando una mujer ya se ha decidido a dar el paso y quiere someterse a una operación de pecho, la primera pregunta que hacen en las consultas de los cirujanos es qué tipo de incisión le realizarán para colocarle los implantes de mamas que les sirva para aumentar la talla de pecho, ya que el tema de las cicatrices que le quedarán es uno de los que más les preocupa.
En este sentido, las respuestas que reciben se apoyan en tres vías de abordaje: la vía axilar, la areolar o la submamaria. El aumento de pecho via axilar quizás haya sido durante muchos años de las menos utilizadas, porque es más difícil de aprender y requiere más experiencia, sin embargo los resultados que se consiguen son extraordinarios y cada vez son más mujeres las que la demandan.
Hay que decir que el tipo de intervención depende en gran medida del cirujano que nos va realizar la intervención, si tiene más pericia, entrenamiento y formación con un tipo o con otro. En este sentido, siempre propondrá a sus pacientes aquel tipo que le resulte más cómodo y seguro, que garantice los mejores resultados.
La vía areolar ha sido durante mucho tiempo la más utilizada porque es la que más se enseña, ya que se trata de una vía directa y fácil de aprender. La vía submamaria, por su parte, también es una vía directa, pero a diferencia de la anterior requiere de una planificación mayor para que la cicatriz quede justo en el surco submamario.
Ventajas de la intervención de aumento de pecho por vía axilar
Como hemos comentado anteriormente, una de las mayores preocupaciones de las mujeres al enfrentarse a este tipo de cirugía es dónde le van a quedar las cicatrices. Visto desde fuera, tal vez a alguien le puede resultar un tema banal, pero no debemos olvidar que estas pacientes se están sometiendo a una cirugía estética para ganar en belleza y salud, pero en este caso de tipo mental, eliminando complejos, así que sí que tiene mucho sentido preocuparse por estos temas.
No podemos obviar que las incisiones dejan cicatrices y que, además, no podemos modificar ni alterar la manera en que cada persona cicatriza, pues no todas las personas sanan igual. Todas las incisiones son buenas si la cicatrización es buena, pero lo único que puede hacer al respecto el cirujano es aconsejar al paciente una intervención en que las zonas de incisión sean poco visibles, porque nadie nos puede garantizar de ante mano si el proceso de cierre de la herida será bueno. Una buen trabajo con una cicatriz, con el paso del tiempo, es prácticamente invisible independientemente del lugar dónde se ponga.
Así que por este motivo, que es de gran importancia, una incisión en la axila a largo plazo se puede confundir con un pliegue o una estría, un resultado de apariencia totalmente natural. Al principio se puede observar una línea roja, y esta solo se verá si se levanta completamente el brazo.
Otro factor muy positivo de esta vía de abordaje es que la prótesis no queda alta y la prótesis se puede colocar por encima o por debajo del músculo. La principal desventaja que podemos ver en este tipo de intervención es que las primeras semanas las pacientes notan tirantez, pero esta desparece simplemente con la realización de unos ejercicios que irán liberando la tensión.
Sobre la pérdida de sensibilidad, cabe señalar que no depende del tipo de intervención que se elija, sino de lo grande que sea la prótesis y, por tanto, del tamaño del bolsillo que debe hacer el cirujano para colocarla. Hay que tener en cuenta para entender este proceso, que los nervios que van a la mama y a la areola se lesionan cuando se hace este hueco para colocar el implante. En cualquier caso, hay que admitir que las cicatrices siempre tendrán una sensibilidad bastante inferior, e incluso en algunos casos inexistente, con respecto a la piel normal.
Por último señalar que como se suele decir cada maestrillo tiene su librillo y que todos los buenos cirujanos pueden obtener excelentes resultados con la técnica que dominan, así que en función de la intervención que la paciente se quiere realizar, y si realmente tiene claro que prefiere un sistema a otro, deberá buscar al experto en se tipo de abordaje concreto.