Múnich, 2 ago (dpa) – El gigante tecnológico alemán Siemens registró en el tercer trimestre del ejercicio resultados operativos de 2.200 millones de euros (2.550 millones de dólares), un dos por ciento más que en el mismo periodo de 2017, comunicó hoy la empresa, un día después de anunciar una amplia reorganización de sus divisiones.
En términos netos, sin embargo, los beneficios cayeron un 14 por ciento interanual, a 1.200 millones de euros, entre otros factores debido al pago de impuestos más altos, así como a la supresión de puestos en la subsidiaria española Siemens Gamesa y en la filial Siemens Healthineers.
La apreciación del euro frente al dólar frenó el crecimiento de la compañía y afectó a la facturación, que cedió un cuatro por ciento, a 20.500 millones de euros, y se mantuvo en el nivel del año anterior. No obstante, la cartera de pedidos trepó con fuerza, un 16 por ciento, a 22.800 millones de euros.
La unidad de plantas de energía, que lucha con la caída de la demanda de producción convencional de energía a nivel mundial, consiguió aumentar los encargos, pero la facturación cedió en una quinta parte, a 3.000 millones de euros.
La empresa confirmó el pronóstico para el año fiscal que se cierra el 30 de septiembre. Un día antes, Siemens presentó una nueva estrategia con la que espera acelerar el crecimiento a mediano plazo.
El consejo de vigilancia dio el visto bueno a la reorganización de la firma, que reducirá de cinco a tres sus áreas de negocio. Las divisiones de gas y energía, infraestructura inteligente e industria digital contarán con gran autonomía de operación.
Esta reorganización implica la mudanza de importantes sectores de la empresa fuera de Alemania. La división de energía, con 71.000 empleados a nivel mundial y 21.000 millones de euros de facturación al año, trasladará su sede a Houston, el centro de la industria petrolera de Estados Unidos.
La decisión obedecería a la política comercial proteccionista del presidente Donald Trump. «Todo este asunto del comercio obliga a las empresas a volverse locales», comentó el presidente ejecutivo de Siemens, Joe Kaeser.
La nueva área de negocios de infraestructura inteligente, que emplea también a unos 71.000 trabajadores y factura unos 14.000 millones de euros anuales, estará instalada en la ciudad suiza de Zug.
En Núremberg tendrá su cuartel general la división de industria digital, que Kaeser calificó de «diamante». Esta unidad tiene 78.000 empleados y un volumen de ventas de unos 14.000 millones de euros al año.
La matriz de Siemens seguirá radicada en Múnich, pero se reducirá según estos nuevos planes, que incluyen la fusión de las secciones de servicios, finanzas e inmuebles. La directiva aseguró que no tiene previsto hacer despidos.
La reorganización será puesta en marcha a partir del 1 de octubre y ha causado preocupación en la plantilla. «La nueva orientación no puede desembocar en una pérdida de la marca y la identidad de Siemens como una empresa tecnológica integrada en una red», advirtió Birgit Steinborn, presidenta del comité de empresa de Siemens y vicepresidenta del consejo de vigilancia.