¿Por qué se dice que las vacaciones son causa de crisis en la pareja? Porque los últimos estudios lo avalan.
El tiempo de ocio, en pareja, se ha convertido en una de las grandes pruebas de estabilidad y de la salud de las relaciones. Horas en las que la pareja tiene que estar, prácticamente de forma obligatoria junta. Y muchas veces, con mucho en la recámara que reprochar a la otra parte.
Del estrés de la rutina se pasa al estrés emocional de estar a la altura de la otra persona y por poder poner de manifiesto las frustraciones. Y eso acaba por quebrar los lazos.
Entre las reflexiones más habituales para las parejas hay varios clásicos que se repiten verano tras verano.
La primera de ellas pasa por preguntarse ¿dónde está la persona de la que me enamoré? El tiempo, las responsabilidades y las experiencias vitales de los años van cambiando la forma de enfrentarse al mundo de las personas. Eso hace que a veces, si no se ha seguido nutriendo a la relación de una comunicación continuada en la que se haya seguido el mismo proceso, en el momento en el que se para, el otro sea un verdadero desconocido. No hay que olvidar que lo mismo sucede en uno mismo. Las experiencias vitales por separado en los lugares de trabajo, hobbies y ocio marcan más de lo que se piensa.
También es habitual pensar en el futuro y en si es la persona que se quiere como compañero de viaje. El tiempo libre hace que las diferencias se acentúen, pero también puede ser el momento de volver a reunir a la pareja en algo único. Crear de nuevo una atmósfera de complicidad y diversión comprando juguetes para adultos en una tienda online puede ser un acierto para volver a reencontrarse también en el plano pasional. El olvido de dedicarse tiempo para las caricias, el amor y el propio sexo también es uno de los ingredientes que acaba por estropear la autoestima de la pareja.
Finalmente, es el momento de sentarse con la paciencia y la tolerancia necesaria para ser consciente de que puede ser la mejor oportunidad para poder hablar de las desavenencias para no comenzar de nuevo la vorágine de septiembre con fallos en el tintero.
Saber cómo se siente la otra parte y buscar las soluciones de manera conjunta para volver a hacer que todo funcione de manera sana y efectiva para los dos miembros de la pareja es vital. Puede que sea la última esperanza de conseguir que funcione. Es más fácil, según dicen los propios psicólogos, tirar la toalla que pelear por buscar ese punto de encuentro.