París/Berlín/Bruselas/Pekín, 26 jul (dpa) – El acuerdo alcanzado la víspera entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el jefe de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, para evitar una escalada en el conflicto comercial, desató hoy aplausos pero también escepticismo y cautela.
Los dos políticos acordaron sorprendentemente el miércoles en una reunión de crisis iniciar conversaciones sobre la eliminación de aranceles a bienes industriales.
Francia fue el país que con mayor frialdad reaccionó al acuerdo: aunque saludó el regreso al diálogo, exigió que las negociaciones se celebren bajo principios claros y no bajo presión, según dijo hoy el ministro de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire, en París, que también pidió una mayor claridad sobre el contenido.
«No queremos entrar en negociaciones de un gran acuerdo cuyos límites ya hemos visto con el TTIP», dijo Le Maire citado por su ministerio, en referencia a la controvertida Asociación Transatlántica de Comercio e Inversión que Washington y Bruselas negociaron durante mucho tiempo antes de que el diálogo se congelara tras la llegada de Trump a la Casa Blanca.
Además, Le Maire hizo hincapié en que el sector agrícola debe quedar excluido de cualquier debate. Las barreras no arancelarias sobre productos agrícolas «no son negociables», añadió. «Europa no cederá en estándares», añadió.
Europa debe además defender sus propios intereses, dijo poniendo como ejemplo el acceso al mercado estadounidense de las licitaciones públicas. «Esperamos además gestos de buena voluntad de Washington, especialmente en el caso de los aranceles que afectaron con dureza a los sectores del aluminio y al acero».
La canciller alemana, Angela Merkel, sin embargo, acogió hoy con satisfacción el acuerdo. «Tras el encuentro entre Trump y Juncker en Washington: el Gobierno Federal ve con satisfacción el acuerdo sobre un enfoque constructivo del comercio. La Comisión puede seguir contando con nuestro apoyo», escribió hoy la viceportavoz de Merkel, Ulrike Demmer, en su cuenta de la red social Twitter.
El acuerdo parece reducir la presión en el marco del conflicto comercial en escalada entre Estados Unidos y la Unión Europea. Sin embargo, los detalles no quedaron del todo claros.
La UE afirmó que se decidió suspender la imposición de aranceles adicionales durante las negociaciones, por lo que de momento la industria automovilística europea queda libre de tasas. Trump, por su parte, se limitó a decir que la UE comenzaría a comprar más soja estadounidense e importará más gas natural líquido.
La Comisión en Bruselas no quiso ofrecer hoy más detalles del acuerdo al ser preguntado sobre si Juncker contaba con el respaldo de todos los países miembro al sellarlo. Junker hablará al respecto en un encuentro con Merkel, el presidente francés, Emmanuel Macron y otros jefes de Estado y Gobierno de la UE, señaló el portavoz.
El portavoz tampoco respondió a cómo pretende Bruselas aumentar las importaciones de soja estadounidense, un producto libre de aranceles en la actualidad. China sí que impuso tasas punitivas a las importaciones de soja estadounidense en el marco de su respuesta a las medidas estadounidenses.
Por su parte, China consideró positivo el acuerdo de Washington y Bruselas pero no ve un fin a su propio conflicto con Estados Unidos. Las negociaciones (con Estados Unidos) no se han retomado hasta ahora. «Una condición previa es la honestidad y la confianza», añadió el portavoz del Ministerio de Comercio chino, Gao Feng.
El portavoz se refería a la indignación de Pekín porque Trump no haya cumplido lo convenido con el viceprimer ministro chino, Liu He, en las negociaciones en Washington el pasado mayo, cuando las dos partes parecieron acercarse después de que China prometiera adquirir en el futuro más productos y servicios estadounidenses.
Sin embargo el portavoz de Exteriores de Pekín, Geng Shuang, saludó que la UE y Estados Unidos logren resolver sus diferencia mediante el diálogo y abogen por la liberalización y la globalización frente al proteccionismo, algo positivo «no sólo para las dos partes sino para todo el mundo».
El conflicto comercial entre Estados Unidos y China sigue mientras tanto en escalada: a comienzos de julio Estados Unidos impuso aranceles a importaciones chinas por valor de 34.000 millones de dólares y podría seguir una nueva ronda a productos por otros 16.000 millones. China respondió con medidas similares.