Los profesionales sanitarios que trabajan en los hospitales rurales han reivindicado su alta cualificación profesional y capacidad para tratar las patologías más prevalentes incluidas en su cartera de servicios de una forma eficaz y con unos costes eficientes, a veces menores incluso que los de los centros sanitarios de mayor tamaño. Esta ha sido una de las conclusiones de las primeras jornadas nacionales sobre el futuro de los hospitales rurales que las gerencias de las áreas sanitarias de Jarrio y Avilés y la Asociación para la Calidad Asistencial de Principado de Asturias han celebrado en la casa de cultura de Tapia de Casariego.
Los expertos han coincidido en señalar que estos centros asentados en el mundo rural presentan estancias hospitalarias medias generalmente bajas y elevados índices de cirugía ambulatoria, la que se realiza sin necesidad de ingreso hospitalario. Unos indicadores que, sumados a la paulatina pérdida de población en las áreas donde se asientan, les permitirían asumir una parte de la actividad de aquellos hospitales con mayor volumen de pacientes y más lista de espera, creando sinergias como la que representan los centros de Jarrio y Avilés o Cabueñes, en Gijón, y el hospital del Oriente, en Arriondas.
En Asturias se ha implantado un modelo de trabajo colaborativo y atención sanitaria en red que persigue ofrecer a cada paciente el tratamiento más adecuado para su enfermedad, los medios diagnósticos más precisos y el acceso a los mejores profesionales, con independencia de su lugar de residencia. Se trata de un modelo de trabajo que, según ha quedado de manifiesto en este tiempo, mejora la atención que se presta a los ciudadanos y consolida los hospitales comarcales.
Más de 170 congresistas, entre ellos numerosos responsables de las ocho áreas sanitarias de Asturias, han asistido hoy a la presentación de las conclusiones de seis mesas redondas y dos conferencias celebradas durante dos días de trabajo. Las jornadas han puesto de manifiesto la necesidad de formar a los pacientes con patologías crónicas para que adopten un papel activo en el manejo de su enfermedad, lo que evita consultas médicas innecesarias y redunda en una mejor calidad de vida. Además, se ha advertido del reto que supone activar sistemas de control que permitan incorporar aquellas nuevas tecnologías que añadan valor, sin hacer de la sanidad pública un laboratorio experimental.
Compromiso, civismo y profesionalidad
Durante la clausura, el gerente del Servicio de Salud del Principado de Asturias (Sespa), Tácito Suárez, ha subrayado el compromiso con el interés público y el civismo de quienes trabajan en la sanidad rural, y les ha animado a desarrollar su importante labor con orgullo y optimismo. “Conocemos el camino, que es el trabajo en red, el vehículo para recorrerlo, que es la gestión clínica y la cooperación, y el objetivo, que es prestar al ciudadano un servicio sanitario de calidad y sostenible”, ha destacado.
Las jornadas han permitido revisar las principales novedades relacionadas con el paciente, la organización y el desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación en los hospitales comarcales y cómo afectan estos cambios a los centros sanitarios. El documento de conclusiones que servirá de apoyo a profesionales, equipos directivos y servicios sanitarios estará disponible en la web www.hospitalesrurales.es.