44 países respaldan la Declaración de Belém, el documento se centra en tomar partido frente al hecho de que los efectos del cambio climático ya inciden drásticamente en la población, especialmente en los más vulnerables.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha firmado una declaración junto a 43 países y líderes de la Unión Europea para financiar acciones que mitiguen el cambio climático, sobre todo, su incidencia en la población.
El jefe del Ejecutivo firmó el viernes la «Declaración de Belém sobre Hambre, Pobreza y Acción Climática Centrada en las Personas» que se enmarca en la Cumbre contra el clima que se celebra estos días en Belém, Brasil, y en la que Sánchez participó dando un discurso en el plenario general y también mediante su intervención en un segundo plenario sobre transición energética.
El documento, respaldado por 44 países, se centra en tomar partido frente al hecho de que los efectos del cambio climático ya inciden drásticamente en la población, especialmente en los más vulnerables. Así, España se compromete a seguir invirtiendo en mitigación, otorgando mayor prioridad a la adaptación, especialmente a las medidas centradas en el ser humano, como la protección social, los seguros agrícolas y otros instrumentos que promuevan la resiliencia de las poblaciones.
Financiación climática
Además, defiende que la financiación climática se enfoque en proyectos que generen oportunidades, empleos y medios de vida para agricultores familiares, comunidades tradicionales y pueblos forestales. «La inversión deberá planificarse de manera que promueva la transición energética justa para estas poblaciones», señala el texto.
«El cambio climático, la degradación ambiental y la pérdida de biodiversidad ya están agravando el hambre, la pobreza y la inseguridad alimentaria, comprometiendo el acceso al agua, empeorando los indicadores de salud y aumentando la mortalidad, profundizando las desigualdades y amenazando los medios de vida, con impactos desproporcionados sobre las personas ya pobres o en situación de vulnerabilidad», continúa.
Para acompañar la evolución de los países en los términos acordados, el texto propone ocho objetivos medibles en las distintas áreas abordadas. Entre ellos, se incluye el aumento de la protección social de los países en un 2 % anual, siguiendo la estela de la Cumbre para la financiación y el desarrollo de la ONU que tuvo lugar el pasado 30 de junio en Sevilla, y la ampliación del número de países con capacidad para evaluar y anticipar vulnerabilidades climáticas de corto y largo plazo.
Este acuerdo llega en un momento geopolítico marcado por la primera reunión de líderes de la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza, celebrada en Doha, Catar, esta semana. El compromiso internacional fue una propuesta de la presidencia brasileña al frente del G20 en 2024.
En la lista de firmantes figuran Brasil, Colombia, Sudán, Belarus, Eslovenia, Guinea-Bissau, Corea del Norte, Ecuador, Uruguay, República del Congo, Alemania, Myanmar, Ruanda, Austria, Portugal, China, Dinamarca, Cabo Verde, Chile, República Dominicana, Mauritania, República de Guinea, Panamá, Mozambique, Cuba, Reino Unido, Haiti, Holanda, Noruega, México, Malasia, Etiopía, Indonesia, Perú y Francia, entre otros.
